martes, 18 de marzo de 2014

Energía solar

Es una energía asociada a la radiación del Sol. Procede de la energía nuclear interna (energía de fusión). Se suele describir como energía radiante o radiación. Su aprovechamiento se suele acometer mediante transformación en energía térmica o en energía eléctrica. A su vez la transformación en energía eléctrica se puede conseguir mediante paneles fotovoltaicos o por transformación indirecta a partir de la energía térmica obtenida. La energía solar es limpia, produce o se puede aprovechar por transformación directa y, aunque muy lentamente, comienza a ser competitiva. Presenta el problema de ser difícil de almacenar.


La acumulación de calor mediante el empleo de paneles expuestos al Sol, por los que circula un fluido que se calienta, puede ser una alternativa válida para el aprovechamiento de la energía solar, ya que en los países desarrollados el 5% de la energía consumida se emplea en calentar agua. En cuanto a producción de electricidad empleando paneles fotovoltaicos (construidos con SiO2), éstos son capaces de transformar solo el 20% de la energía recibida. La construcción de estos paneles, a pesar de lo abundante de la materia prima empleada en su construcción, resulta muy cara debido a la complicada tecnología de construcción.

ENERGÍA SOLAR

            La tierra recibe enormes cantidades de energía del Sol, se podría establecer la cantidad media en 1kW por metro cuadrado.

            Cada año la biomasa almacena 10 veces más energía del Sol que la que los hombres gastan en sus diferentes formas.


            Un 1% de la energía recibida del Sol equivale a la energía que se obtiene de los combustibles fósiles que quema la humanidad durante un año.

            Si se pudiera recuperar la energía solar que la superficie de la Tierra recibe durante cinco minutos, se podrían atender las demandas de energías del hombre en los niveles de consumo actuales.



La cantidad de energía que recibimos del  Sol es de tal envergadura, que con una pequeña porción de ella se podrían satisfacer todas las necesidades energéticas del hombre. Evidentemente, el problema estriba en que no se dispone de la tecnología adecuada para transformar la radiación recibida del Sol en otros tipos de energía. De momento, sólo la vida vegetal es capaz de utilizar esta energía de forma eficaz, de manera que el hombre aprovecha este paso intermedio para recuperar indirectamente parte de la energía solar.



Por supuesto que se han realizado intentos importantes para atrapar la energía del Sol, los más llamativos son aquellos formados por grades extensiones de espejos (cerca de una hectárea en el desierto de Mohave [California]) que concentran el calor recibido sobre un punto con la intención de aprovecharlo para generar vapor de agua que a su vez se emplea para mover una turbina y producir energía eléctrica. El aspecto de la instalación es espectacular, pero con un impacto, en cuanto a la generación de energía, completamente marginal. No obstante para una evaluación más correcta de la competitividad  de la energía solar se deberían considerar los costes medioambientales y las repercusiones sobre la salud del hombre del empleo de otras fuentes de energía, ya que bajo estas condiciones las células fotovoltaicas estarían cerca de ser competitivas.

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