martes, 18 de marzo de 2014

Energías alternativas

Las energías convencionales atienden, en conjunto, a un 95% del total de la demanda de energía en el mundo. Después del análisis realizado en el que se ha concluido el agotamiento de las más utilizadas, el escaso margen de aumento de la hidráulica y la previsible disminución en el uso de la nuclear se pone de manifiesto la urgente necesidad de encontrar fuentes de energía que se puedan considerar alternativas válidas.

Generalmente al hablar de esta cuestión nos solemos referir a las denominadas energías renovables, que serían aquellas de las que no se debe esperar su agotamiento por estarse generando continuamente y por no desaparecer al aprovechar su energía en energía útil. No obstante este carácter de renovables no las hace ser ni seguras, ni constantes en cuanto a su cantidad. La mayor parte de las energías renovables están vinculadas a la energía solar y a los fenómenos meteorológicos y ni la una ni los otros tienen un comportamiento constante y completamente predecible.

Son energías renovables la hidráulica, eólica, solar, geotérmica, la biomasa y la generada por las mareas y las olas, y cada una de ellas presenta dependencias difícilmente calculables como: caudales de los ríos que a su vez son función de las precipitaciones en forma de lluvia a lo largo del año, calentamiento diferencial del aire en zonas adyacentes o lejanas entre sí, presencia o no de nubes que afecten a la energía del Sol que llega a la Tierra y la meteorología en general que mejora o estropea las cosechas agrícolas y forestales. Así pues al hablar de este tipo de energías y recursos deberemos movernos en el uso de valores medios sobre los que se podrá tener cierta seguridad.


A la hora de analizar las posibilidades de estas energías en cuanto a sus potenciales aportaciones a la demanda global, habremos de tener en cuenta los siguientes parámetros:
  • Otras energías, que no siendo renovables, pueden tener interés por su aportación a las reservas sin consecuencias negativas sobre el efecto invernadero.
  • Otras energías que por su aportación como nuevos recursos en mejores o similares condiciones a los actualmente utilizados (energía geotérmica, hidratos de gas, residuos, etc.).
  • Métodos que incrementen la eficiencia de la energía utilizada (cogeneración, reciclaje, recuperación de energías residuales, aislamiento, etc.).

La mayor parte de los países desarrollados, después de la crisis del petróleo de los años setenta, impulsaron investigaciones en el campo del desarrollo de fuentes alternativas de energía. A pesar del impulso dado, el empleo global de energías alternativas no va más allá del 5%.

Otra cuestiones han motivado recientemente que se hagan propuestas serias para cambiar esta situación y conseguir sustituir el empleo de las energías tradicionales, especialmente los combustibles fósiles, por aportaciones más importantes de otras energías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario